El parto de la coneja es la acción por la cual el feto una vez llegado al término de su crecimiento es expulsado a través de las partes genitales.
Se desarrolla en condiciones de tranquilidad y generalmente de noche, muy raramente necesita del auxilio del criador quien solamente debe constatar el hecho. En algunos casos puede haberse realizado fuera del nido y se debe a que la coneja a veces es primeriza, otras veces porque rechaza el nido como consecuencia de malos olores o ha sido molestada durante el parto.
Culminado el parto se deja pasar 4 horas y se procede a revisar con cuidado el nido, se cuentan los gazapos nacidos vivos y si se encuentra algún gazapo muerto se retira y se eliminan aquellos con evidentes retrasos de crecimiento, finalmente el cunicultor reagrupa los gazapos asegurándose de que el nido se encuentre bien protegido y con cama suficiente para brindar la adecuada temperatura y abrigo.
Un medio para evaluar las características maternas de la coneja es observarla antes y después del parto: si muestra disposición para la preparación del nido, amamanta con esmero y tranquilidad a sus gazapos es un buen indicativo de una coneja criadora. Los gazapos nacen sin pelo y con los ojos cerrados, su único alimento durante las 2 a 3 primeras semanas es la leche materna.
Un medio para evaluar las características maternas de la coneja es observarla antes y después del parto: si muestra disposición para la preparación del nido, amamanta con esmero y tranquilidad a sus gazapos es un buen indicativo de una coneja criadora. Los gazapos nacen sin pelo y con los ojos cerrados, su único alimento durante las 2 a 3 primeras semanas es la leche materna.
Imagen: Gazapos en su nido
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